Trastornos de la personalidad


Todos tenemos una forma de ser, una personalidad, pero en la mayor parte de la ocasiones conseguimos relacionarnos con nosotros mismos y con los demás de forma flexible y poco perturbadora. Sentirse mal en ocasiones es frecuente y no representa un problema de salud.

Un diagnóstico de Trastorno de la Personalidad significa que nuestra “forma de ser” tiene algunas peculiaridades en la forma de sentir, pensar y comportarnos que nos ocasiona malestar y puede hace sufrir a los demás.

Como consecuencia de esa “forma de ser”, los Trastornos de la Personalidad presentan una alta comorbilidad con otros trastornos como la depresión, la ansiedad, los trastornos de la alimentación o el consumo de sustancias como el alcohol o la cocaína.

Los Trastornos de la Personalidad tan solo son una variante de la personalidad normal y saludable
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Tipos


Trastorno Histriónico 

Excesiva emocionabilidad y tendencia a llamar la atención. Emociones inapropiadamente exageradas. Lábil y superficial. Las emociones se presentan con intensidad, pero parecen exageradas o poco convincentes, como si la persona estuviese interpretando un papel teatral.
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Trastorno Narcisista

Visión desmesurada del yo, más que una confianza sólida en sí mismos, reflejan una preocupación excesiva por una supuesta excelencia. Activos y competitivos a la hora de buscar estatus, ya que su valía personal la miden en función del estatus que posean.

Trastorno límite de la personalidad
 
¿Ve a las personas a veces como maravillosas y otras veces como malvadas? ¿Tiene dificultad para recordar las cosas buenas sobre una persona a la que en un momento determinado vio como un villano, por ejemplo en una discusión de pareja?


Trastorno Obsesivo – Compulsivo


Se caracterizan por ser personas rígidas, perfeccionistas, dogmáticas, rumiadoras, moralistas, inflexibles, indecisas, emocional y cognitivamente bloqueadas. Excesivamente disciplinado, mantiene una vida muy regulada y estrictamente organizada.


Trastorno evitativo


Se caracterizan por una evitación conductual, emocional y cognitiva. Con respecto a la parte conductual, evitan el iniciar o el responder a la iniciativa de otros que quieren relacionarse con ellos, evitan todo lo social.


Trastorno Dependiente

Excesiva y generalizada necesidad de ser cuidado que conduce a una conducta sumisa y dependiente y el miedo a ser abandonado. Son personas que se caracterizan por ser pasivas, sumisas y dóciles. Tratan constantemente de agradar al otro para no ser abandonadas.


Trastorno Esquizoide

Distanciamiento extremo hacia los demás. Son anhedónicos: no disfrutan prácticamente con ninguna actividad lo que les puede ocasionar la sensación de estar deprimidos continuamente y “fuera de la sociedad”


Trastorno Esquizotípico

Ideas raras o mágicas que influyen en el comportamiento como por ejemplo la creencia de tener facultades especiales como la telepatía, superstición excesiva, fantasías extrañas o fenómenos paranormales.


Trastorno Paranoide

Desconfianza extrema hacia los demás. Piensan que los demás les quieren dañar. Sospechan de los demás sin motivo y dudan de la fidelidad de todos incluidas las personas cercanas. Interpretan pequeñas críticas de los demás como algo peligroso y malintencionado hacia ellos.


Trastorno Antisocial

El principal objetivo de su vida es evitar ser controlado por los demás, se resisten a cooperar. Y esperan de los demás una inmediata sumisión. Necesitan verse a sí mismos como fuertes e independientes en un mundo hostil (“si no soy el agresor, puedo ser la víctima”).


Trastorno Pasivo-agresivo

Se caracterizan básicamente por buscar la compañía de los demás pero al mismo tiempo y debido a su gran ambivalencia, les rechazan y alienan.


Dependencia emocional

La dependencia no solo no es mala sino que es deseable. En toda relación de pareja es necesario cierto nivel de dependencia para mantener el vínculo unido.





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